Un contenedor encantador que mezcla funcionalidad y delicadeza en tonos rosados. Su cuerpo de vidrio transparente exhibe dulces, jabones o accesorios decorativos, mientras que la tapa esmaltada en el icónico patrón Rosy Check adornado a mano le da un aire nostálgico y sofisticado. Rematado con pomo de cristal y herrajes de latón, este frasco aporta personalidad a cualquier espacio.